Matalauva, una joyita en el donostiarra barrio de Gros



"No es oro todo lo que reluce" como bien dice el refrán y como bien se le puede aplicar a Donosti. Son muchos los que llevados por el nombre y la fama de la capital guipuzcoana piensan que van a disfrutar de pintxos sin igual vayan donde vayan y aunque me duele decirlo, la calidad de la Parte Vieja deja mucho que desear en los últimos años. La pisamos poco últimamente. No perdonamos el foie del Sport, cualquier pintxo del Borda Berri o las anchoas del Txepetxa... pero hay bares o restaurantes que eran de nuestros imprescindibles y que para nosotros han caído en el olvido por venderse a la mala praxis de servir pintxos mediocres a precio de oro y ridículas cantidades de vino a precios más que abusivos. 

Fue así, huyendo de la Parte Vieja y paseando a la búsqueda de nuevos rincones en los que contentar a nuestro estómago, como llegamos a Matalauva. Nuestra intención era picar algo, pero ¿quién puede resistirse a una carta pintada a mano? ¿a un local minúsculo lleno de detalles? ¿a una carta atractiva y diferente a lo que se ofrece en muchos puntos de la ciudad? ¿a una cocina de mercado elaborada al momento? ¿y a un servicio "requete-amable", que orienta, pero no atosiga; aconseja, pero no estresa y al que se nota que está orgulloso de lo que ofrece, seguro de la calidad de lo que pone en tu mesa? Nosotros no, desde luego.


La barra es bien pequeña y sólo hay dos mesitas. Una de ellas tenía nuestro nombre, está claro. Luego tiene una gran terraza en la que disfrutar al aire libre y que acondicionan según la época del año. 

Nada más entrar te topas con la sugerente pizarra. Elegir el primer pase es de lo más difícil, luego todo viene rodado y poco a poco te puedes ir haciendo tu Menú Degustación, totalmente a tu medida y bien aconsejados. Comenzamos con unas Láminas de Chuleta en Salazón y una Tosta de Caviar de Salmón y Yema encurtida. ¡Saborazo! Ahí ando practicando con las yemas, a ver si consigo algo parecido, pero me da a mi que lo mejor será que volvamos por allí. Seguimos con Flauta de pan de cristal con panceta Joselito y Kokotxa de Bacalao con Crema de Baratxuri. Las kokotxas son una de mis debilidades, así que no puedo dejar que se me escapen cuando están en una carta. Estas lo merecían, sin duda. Para seguir jugando con esos platos en los que la memoria te lleva a los platos de siempre, los sabores te recuerdan a lo que conoces, pero las presentaciones son modernas, alegres, diferentes... nos fuimos al Gofre de Txistorra Zelai Txiki, piparras y crema de alubias. ¡Qué rico! Y encima el plato venía con premio porque nos dijeron donde se lo elaboraban y nos recomendaron una visita. ¡Apuntado para la próxima! Antes del postre Xixa-hori con pasta pura de almendra, finísimo, a tope de sabor y muy propio antes del maravilloso Gasta Zaharra, nueces y membrillo.







Mucho mérito tiene una cocina de reducidas dimensiones, sin salida de humos y con una zona de almacenaje también mínima. La organización y la imaginación mandan en un espacio en el que el producto de temporada y las ganas de regalar al cliente una oferta de calidad son las reinas.


Matalauva
Zabaleta Kalea, 17 Bajo (Gros)
San Sebastián, Guipúzcoa
943 846 817

De martes a viernes de 9:30 a 22:30 sábados de 10:00 a 23:00 domingos de 10:00 a 15:30

Comentarios