Chinatown es una mezcla exótica y caótica que levanta odios y pasiones a partes iguales y la calle Yaowarat un adorable caos de calles abarrotadas de coches, gente empujando carritos de comida de la mañana a la noche y "tuk tuks" a punto de atropellarte.
Es un auténtico misterio cómo las motos, coches y turistas consiguen sortear las mesas y taburetes que se agolpan en calles impracticables. Sus "sois", o callejones, están llenos de pequeños puestos de comida callejera y gente esperando a ser servidos en mini sillas de plástico. Comer aquí puede ser toda una experiencia teniendo en cuenta que los carritos callejeros sólo muestran los menús escritos en chino y tailandés y lo que se sirve en ellos puede parecer en algunas ocasiones de lo más raro o exótico, según se mire.
Fruta, zumo, marisco fresquísimo, pescado seco, especias de todo tipo... Lo mejor, dejarse llevar por la frescura de sus productos y el olfato y ¡probar!. Algunos callejones huelen realmente bien y pasar por ellos puede resultar una auténtica tortura para nuestra nariz y nuestro estómago, así que si eres de los atrevidos gastronómicamente hablando, ¡lánzate a la aventura en Yaowarat!
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