Piran, famosa por sus salinas, es la ciudad más bonita de la minúscula costa eslovena. Antigua ciudad portuaria de influencia veneciana, está protegida como monumento cultural-histórico. Es una maravilla pasear por su calles estrechas con casas que casi se rozan y disfrutar de las vistas desde la torre más alta de la ciudad. Ciudad tremendamente fotogénica, gozada y sufrimiento para el aficionado a la fotografía, que casi no sabe dónde disparar.
Subir a su torre da un poco de hambre, así que llegado el mediodía no queda otra que buscar un rincón donde disfrutar de la gastronomía de la costa eslovena. En nuestro callejeo fuimos a dar a una pintoresca plaza donde se sitúa la Taberna Fritolin pri Cantini, sitio curiosón donde tomar algo de pescado bajo su bucólica parra o en la bonita terraza. La comida se pide en la barra y la pagas al recogerla. Te dan una vieira con un número para luego pasar a recogerla. Cuando está lista, tocan el timbre y ponen tu número en una pizarra en forma de pez, para que sepas que ya está listo. La bebida sí la traen a la mesa. Son los camareros de la cantina de al lado los que se encargan de servirla y cobrarla.
Para comer pedimos un plato de fritura que consistía en patatas al horno, polenta, caballa a la plancha calamares rebozados, calamares fritos y rellenos. Todo bastante rico, aunque nunca se me hubiese ocurrido rellenar unos calamares con jamón cocido y queso, combinación extraña que no funciona mal, aunque seguimos prefiriendo los rellenos que hacemos en casa.
Si andas por aquí, puede ser una opción curiosa. Eso sí, no vengas con prisa porque como dice su lema "Take away or take it easy", "Para llevar o para tomárselo con calma".
Prvomajski trg 6
Piran (Eslovenia)
De domingo a jueves de 11:00 a 22:00 viernes y sábados de 11:00 a 23:00
